Un mundo para los dos, donde solo estemos tu y yo, compartiendo nuestro inmenso amor, conversando sin interrupción. Recorriéndolo de norte a sur, de tu mano en el atardecer, en el pasto con el cielo a zul, y desnudos al anochecer. Caminando sin preocupación, disfrutando la vegetación, nuestros diálogos y sin Platón, somos dos y un solo corazón. Nuestro amor más que el mar y la sal, en las aguas verdes a nadar, de los manantiales a tomar, y a este puro amor alimentar. Tu mi Eva y yo soy tu Adán, de un Edén vamos a disfrutar, la serpiente no lo va a dañar, porque sola tu nunca estarás.
Comentarios
Publicar un comentario