Diferencias Individuales y Atención a la Diversidad
La diversidad de
los alumnos y alumnas es consecuencia de su origen social y cultural, y de sus
características individuales en cuanto a su historia personal y educativa,
capacidades, intereses, motivaciones y estilos de aprendizaje. Esta
multiplicidad de factores hace que no haya dos estudiantes idénticos. Sin
embargo, a pesar de la constante evidencia de esta heterogeneidad, la educación
sigue la tendencia de funcionar con esquemas homogenizadores, para un “supuesto
alumno medio” en cuanto a origen social, cultural y en cuanto a capacidades.
Cuando los niños y
niñas poseen normas, valores, creencias y comportamientos distintos a los de la
cultura escolar, suelen generarse menos expectativas en los educadores,
afectando negativamente su autoestima, la motivación por aprender y seguridad
en las actividades escolares, reforzando la sensación inicial de que son poco
competentes. Muchas de estas diferencias además, suelen ser objeto de
discriminación; burlas, menosprecio, aislamiento e indiferencia.
Evidentemente no
sólo influyen las condiciones personales de los estudiantes en sus dificultades
para adaptarse a la cultura escolar. Hay también otros factores que pesan de
manera significativa y que son determinantes en la participación y su
aprendizaje.
Entre éstos, se
pueden mencionar una programación curricular descontextualizada de la realidad
cultural, rígida o poco relevante, una organización escolar que no considera
apoyos a los educadores o a los niños y niñas, estrategias de aprendizaje poco
participativas y que no consideran la cooperación entre pares, entre otras.
En la actualidad,
son muchos los niños, niñas y jóvenes que por diversas causas experimentan
barreras a la participación y al aprendizaje durante su proceso de
escolarización. Entre ellos, los alumnos/as con discapacidad constituyen el
colectivo que históricamente ha estado más expuesto a las consecuencias de la
segregación y exclusión, por lo que el último tiempo se ha puesto particular
énfasis en acciones dirigidas hasta este colectivo. No obstante ello, también
se deben considerar las Necesidades Educativas Especiales de los estudiantes
con talento o altas capacidades, quienes, si no reciben de forma oportuna una
atención educativa a sus capacidades y necesidades específicas, también pueden
presentar dificultades de aprendizaje o alteraciones en la personalidad del
comportamiento. Por esta razón, es preciso avanzar hacia escuelas más
inclusivas que eduquen en la diversidad, el respeto y valoración de las
diferencias, viéndolas como una oportunidad para el desarrollo personal y social
y no como un obstáculo a evitar en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y que
de esta manera promuevan el pleno desarrollo, aprendizaje y participación de
todos los niños y niñas.
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